El vidrio ha sido siempre un material envuelto en secretismo, ligero, grácil y frágil, fácilmente fracturable, casi como la representación de la propia vida, estable pero perecedera. Un producto con un atractivo innegable, destinado a las familias más pudientes y selectas de la Antigua Roma. El vidrio era un material muy caro por su complicada composición y su lago y difícil proceso de fabricación. El cristal, que se venía desarrollando en la antigüedad, adquiere su auge y mejor desarrollo en época romana, tanto es así que el cristal comenzó a utilizarse para cerrar las ventanas de las termas y templos y posteriormente hasta los ventanales de las casas pudientes. Esta botella, de preciosa manufactura y cuidado detalle es uno de los mejores ejemplos que podemos encontrar de época romana.