Figura de un guerrero en terracota policromada, China, Dinastía Han, 206-220 d.C.

Figura de un guerrero de pie en terracota policromada, hecho para ser colocado en una tumba. Permanece en posición de firmes -probablemente una vez con una lanza y un escudo en las aberturas de sus manos-, vestido con una túnica con una armadura pintada en el pecho. Lleva esta túnica por encima de una falda larga y botas. Coronado por un moño pulcro bajo una gorra puntiaguda, el soldado presenta un rostro severo de cejas finas, ojos delgados, nariz ancha sobre un bigote y labios cerrados.

Figuras guardianas como éstas forman parte de una clase de artefactos llamados mingqi; a veces conocidos como “utensilios para espíritus” o “recipientes para fantasmas”, ya que estaban diseñados para ayudar al po, la parte del alma del difunto que permanecía bajo tierra con el cuerpo mientras el hun, la otra parte del alma, ascendía al más allá. Se hicieron populares en la dinastía Han y persistirían durante varios siglos.