Cabeza de sacerdote en piedra caliza, Palmira, S. II-III d.C
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Descripción
Este busto funerario es un ejemplo superlativo del arte de Palmira e irradia la nobleza de un hombre de gran estima. Por su estética clásica, puede deducirse que el sacerdote pertenecía a la tradición religiosa helénica. Con su mentón cuadrado y su exquisita simetría facial, el apuesto sacerdote personifica las proporciones idealizadas de los griegos. Posee un alto tocado cilíndrico con dos surcos verticales, un rostro con la nariz torcida hacia abajo, un mentón cuadrado y orejas prominentes, cejas arqueadas bien definidas y ojos con gruesos párpados.
En la periferia oriental del Imperio Romano, la antigua ciudad de Palmira era una puerta que unía el mundo occidental con los lujos de Oriente. Para los antiguos habitantes de este árido reino, Palmira era conocida simplemente como la Novia del Desierto, y durante siglos intrépidos mercaderes pasaron por este oasis en busca de alivio del sol del desierto. La Biblia hebrea atribuye la ciudad al rey Salomón, aunque antiguos registros marianos mencionan Palmira del segundo milenio a.C. Bajo el voluble reinado de los seléucidas, la ciudad experimentó los placeres de la civilización helénica, que continuaron 300 años después, cuando en el siglo I d.C. Tiberio incorporó Siria al Imperio Romano. De los romanos, la ciudad pasó a Bizancio antes de caer en manos de los ejércitos de Mahoma y ser abandonada hacia el año 800 d.C.
En su apogeo, Palmira fue un elegante símbolo de la grandeza imperial. El comercio trajo riqueza, poder y esplendor a esta ciudad del desierto, transformando Palmira en una metrópolis de piedra caliza que ha legado una rica y abundante fuente de restos arqueológicos que reflejan la larga historia imperial de la ciudad.
Los habitantes de Palmira son famosos por la construcción de colosales monumentos funerarios construidos por encima y por debajo del suelo del desierto. Los compartimentos funerarios estaban sellados con losas de piedra caliza decoradas con magníficos bustos en altorrelieve que representaban el alma del difunto.