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Figura egipcia de un Ibis andante, Período Tardío-Época Ptolemaica, 664-30 a.C.

Conservación:  Buen estado de conservación
Material:  Madera y bronce
Dimensiones:  22 cm de ancho incluido el soporte; 871 gr.
Procedencia:  Drouot, París, c.1990. Procedente de una importante galería de París, Francia. Ex colección privada parisina/ Adquirido en subasta, Reino Unido, Noviembre 2022. Este lote ha sido cotejado con la base de datos de Interpol sobre obras de arte robadas y va acompañado del certificado de búsqueda nº 114470-194044

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Ref tim001 Categoría

Esta majestuosa estatuilla representa al dios Thot en forma de ibis sagrado africano, modelado con la pata izquierda colocada delante de la derecha, en actitud de caminar cautelosamente a grandes zancadas por orillas pantanosas. El ibis, de cuerpo ovoide de madera, tiene el cuello y la cabeza de bronce fundido con un largo pico curvado y patas y pies bien detallados. El pico curvado del ibis se asemejaba a la luna creciente, por lo que esta ave se convirtió en símbolo del dios de la luna. La figura conserva detalles policromados en el cuerpo y la cola, ojos estilizados y algunos detalles en el pico. Las incrustaciones azul oscuro de la cola imitan las plumas oscuras del ibis sagrado. El ibis representaba a Thot, dios de la sabiduría, el conocimiento y la escritura.

Las partes de bronce de esta pieza es probable que hayan sido realizadas mediante la técnica de la cera perdida, empleada para la estatuaria en el Antiguo Egipto desde el Reino Medio. Esta técnica consistía en moldear el objeto con cera de abeja, practicar en él bebederos y cubrirlo con una fina capa de arcilla semilíquida. Una vez que esta capa se había secado y endurecido, se calentaba en un brasero, de modo que la cera se consumía y dejaba una impresión hueca en la arcilla recalentada hasta convertirse en terracota. Entonces se vertía metal fundido de un crisol por los canalillos, con lo que se producía una copia exacta del modelo original. Finalmente, se rompía el molde, se quitaba el metal sobrante y se pulía la figura. Así, con la técnica de la cera perdida, se vaciaban estatuas de oro, plata y bronce macizo.

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