Fragmento de relieve romano en mármol representando a un centauro, S. II d.C.
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Siguiendo la estética griega, este relieve presenta el torso de un centauro con el cabello rizado y el rostro de perfil, con la cabeza girada hacia su izquierda. En el rostro se pueden apreciar los ojos almendrados de influencia griega y una expresión de tensión contenida que muestra el momento de acción e ira que está viviendo este personaje. Al tener el pecho descubierto se puede observar el excelente estudio anatómico de los músculos. Con sendos brazos doblados por el codo, impulsa una lanza atacando hacia la izquierda siguiendo su mirada.
Los antiguos griegos, magníficos escultores, utilizaban la imagen desnuda como el icono de la personalidad, el cuerpo desprovisto de las distracciones y disfraces de la vestimenta.
Los relieves griegos se caracterizaban por utilizarse para ornamentar los edificios proveyéndolos de fuerza contenida. Unos relieves que, aunque muestran movimiento y narratividad, son contenidos.
El centauro es un icono griego de la lucha entre la barbarie y la civilización. Su cuerpo está formado por cabeza, torso y brazos humanos y las piernas se convierten en el cuerpo cuadrúpedo de un caballo.
Una de las composiciones en relieve más populares era la centauromaquia representada en uno de los 4 frisos del Partenón. En ella se cuenta la batalla que tuvieron los lapitas y los centauros. Los centauros fueron invitados como muestra de paz a la boda del rey de los lapitas y su mujer, estos se emborrachan y comienzan a raptar a las mujeres del pueblo, comenzando así una cruenta guerra entre los dos pueblos. Este episodio ha sido representado en relieves en varias ocasiones, al ser perfecto para el estudio anatómico humano y animal, así como el estudio compositivo. Muchas obras han sido inspiradas por el friso del Partenón.
Normalmente representados de forma masculina, representan la fuerza y vigorosidad de un animal. Vemos como este torso, magníficamente esculpido, porta en la mano un palo, ya que se encontraría en lucha, que era una de las principales facetas de los centauros, siempre bélicos.
La fuerza de este relieve reside además de su precisión escultórica en la expresión contenida de su rostro enfrentada al movimiento de su pelo y su cuerpo.
